21 de octubre de 2006

Muros y vergüenza

Impedía que las personas circularan libremente entre el Este y el Oeste de Berlín. Fué un símbolo de la violación del derecho a la libre circulación. Se derribó en 1989. Hoy se construyen otros. En los territorios ocupados por Israel, para asfixiar aún más a la población allí recluida, que no puede ir libremente al médico, escuela o trabajo, si las autoridades israelíes deciden lo contrario. A veces los bloqueos duran días, otras veces, semanas. más información Marruecos levantó otro muro de la vergüenza de más de 2000 km. para aislar, en el antiguo Sahara Español, las zonas de su interés económico, a costa de los derechos de la población saharaui, que en parte sigue malviviendo en campamentos de refugiados, en Argelia, desde hace treinta años. Los Estados Unidos levantan otro muro de más de 3000 km. para impedir el tránsito desde México. Además de estos muros hay otros que separan a los países más pobres de los más ricos. También en éstos casos se levantan barreras insolidarias. Cuando Sudáfrica acabó con el apartheid y los países comunistas dejaron de serlo pareció llegar el fin de los muros de la vergüenza. Estábamos equivocados. Vuelven los muros, y con ellos la vergüenza.

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